Cuando faltan pesos, sobran malas ideas. Hablemos de lo que NO te conviene hacer cuando necesitás plata. Te cuento lo que SÍ te puede ayudar para obtener dinero en efectivo.
Disponer de efectivo puede ser un verdadero problema. Cuando la platita no alcanza, todos los pesos se van apenas cobrás y en los bolsillos te quedan apenas unas monedas, conseguir dinero se convierte en un desafío importante. Todos los meses vas “tirando”, tapás agujeros acá y allá, te financiás cómo podés, pagás o dejás de pagar, comprás lo justo y necesario, vas viendo… Pero cuándo realmente necesitás cash (efectivo), tenés que pensar muy bien a quiénes recurrir. Podés estar tentado de pedirle a las personas incorrectas; escoger alguna alternativa que no es la mejor, que te endeuda más; o lo que es peor: quedarte sin hacer nada. ¡Las dificultades no se arreglan solas! Hay que afrontarlas y tener un plan de acción para solucionarlas.
Por eso, primero te quiero contar lo que NO tenés que hacer para obtener efectivo. Así vas descartando las malas decisiones y llegás a las buenas, las que te van a permitir contar con plata de manera rápida, en el momento justo y sin complicaciones.
NO pedirle a un familiar
A buenas y a primeras parece la opción más sencilla, la que está más a mano y tiene menos contratiempos. Sin embargo, esto puede traerte muchos disgustos. Tenés que evaluar muy bien a quién le pedís, qué tan cercana es la relación que tenés con esa persona, cómo puede llegar a afectar cualquier inconveniente que surja… ¿Cúanto podés pedirle? ¿Cómo van a acordar los términos del préstamo? ¿Será solo “de palabra”? ¿Y si no podés devolverle? Un montón de dudas que -de solo pensarlo- ya te tiran para atrás. Y si no es así, ¡deberían hacerlo! Ese préstamo de dinero que hoy parece tan simple entre un familiar y vos, rápidamente puede transformarse en un problema.
NO financiarte con la tarjeta de crédito
No te recomiendo que pagues con la tarjeta de crédito a morir, para no usar el efectivo. Entiendo que quedarte sin un peso es un problemón, pero recurrir al “plástico” para todo termina siendo una montaña rusa de deudas imposibles. Intereses altísimos, pagos mínimos, refinanciaciones, préstamos para pagar otros préstamos y un montón de inconvenientes que no te ayudan y te zambullen en un mar de problemas financieros. Ante todo, el orden en las cuentas. Gastar lo que se tiene. Tarjetear algunas cosas sí, perfecto, pero con medida y sabiendo que se podrán pagar más adelante.
NO usar los ahorros
Otro NO muy cortito, pero valioso. No recurras a los ahorros para llegar a fin de mes, saldar deudas o pagar la tarjeta. Esos ahorros seguramente son fruto de años de trabajo y sacrificio. No los pierdas en un segundo de desesperación. Volvé a pensar alternativas, pedí un crédito conveniente, reajustá tus gastos… ¡pero preservá tu ahorro! En algún momento será la merecida recompensa a tu esfuerzo.
Lo que SÍ podés hacer
Lo que SÍ podés hacer para contar con efectivo es llevar un registro de gastos. Chequear dónde estás pagando de más, qué podés reducir, cuánto podés recalcular… Registrar, analizar y usar la plata a conciencia. También podés pedirme un adelanto para ponerte al día con algún pago, una compra importante o esa suma de dinero que estás necesitando cash, ahora mismo. Mi préstamo personal es muy fácil de sacar. Lo pedís en la web o a través de la app de Moni y respondo a tu solicitud en minutos. Sin trámites ni papeleo, ¡totalmente online! Si te apruebo, te deposito el dinero en el acto en tu cuenta bancaria.
Además puedo adelantarte plata para pagar tus facturas, recargar el celular o tu tarjeta SUBE. Así, es menos efectivo del que tenés que disponer cuando te queda poco. Yo te presto, vos me devolvés el mes que viene. Sin vueltas, sin familiares de por medio, sin gastos ocultos, ni complicaciones.